Feria patrocinada por el Ayuntamiento de Madrid.
Contemplar se ha convertido en una acción extravagante. Contemplar como primer paso para crear, observar nuestro alrededor y reconocer las formas, los conceptos y las sensaciones trascendentales. Es tarea del artista el mirar, el convertirse en testigo de un gesto, traductor de enigmas, divulgador de secretos y en un creativo seductor.
En las Obras de Isabel Gutiérrez el tiempo permanece, se suspende, se atempera. La alegría del color y el movimiento acompañan al detalle botánico, la pincelada acaricia la superficie, desaparece y retorna en otro tono, en un nuevo matiz, modela el entorno y se pierde, para volver transformada en un nuevo sonido, olor o luz. Nos invita a participar de un ejercicio didáctico que no persigue otra cosa que darle sentido a la realidad.
Mariana Álvarez Enrique, debe mostrarnos el mundo tal y como es, sin huir de esas verdades que le rodean. Con la fotografía como base, sus piezas se convierten en síntesis estética, conjugando muy bien los binomios realismo-abstracción, belleza-crudeza y deleite-compromiso. Capas de collage, fondos abstractos y juegos de texturas, con provocativas manchas, derrames y planos de color, todo encuadrado con ligeras placas de metacrilato.
Desvelar este misterio se convierte en una necesidad para Carlos Meijide, quien ha reflexionado sobre las capacidades estéticas propias de cada uno de los elementos que componen la pintura. Entendiendo los colores como una emanación de la luz, los cuales se manifiestan a través de pasajes o contrastes, generando volúmenes mediante tonos fríos o cálidos y desvaneciendo los límites de las formas consecuencia del efecto atmosférico. La luz se incorpora al cuadro.
Carlos Marijuán sustrae escenas cotidianas que adquieren una singularidad sobrecogedora. A través de una sólida técnica representativa, ante nosotros se despliegan calles abarrotadas de gente, edificios, ruidos y movimiento. Todo esto se congela por instante y una luz potente y cálida lo baña todo. Situaciones tan fugaces como sugerentes se desvelan mediante los gestos detenidos, las relaciones metafóricas casuales y, por supuesto, los encuadres forzados.
Roberto Reula mira hacia el interior ahondando en verdades sustanciales al ser. El individuo se presenta ante el espectador como arquetipo del hombre contemplativo. Personajes de cuerpos pesados y carentes de gracia modelados por una mano experta que no duda en experimentar con la combinación de diferentes materiales. El color se aleja de su finalidad imitativa para posicionarse como elemento autónomo, generando nuevos significados.
Pablo Ochoa de Olza, en su obra se aleja de la simplicidad iconográfica, de los mandatos de las modas y convenciones, de los presupuestos estéticos para reunir sus experiencias, dudas e inquietudes en un estilo propio que conjuga referencias pop, expresionistas e incluso del cómic. Mediante colores brillantes y superficies pulidas, se representan los cambios en el alma, el magnetismo de lo cotidiano, la velocidad de un instante.
Me interesan sobre todo las relaciones entre colores, la estructura compositiva y los diferentes tratamientos de la pincelada, en los que me apoyo para significar la evolución de mis sentimientos sobre las formas que percibo. Desde el año 2000, en que conocí la tierra de mis antepasados, en la montaña de León, he trabajado en la interpretación de su paisaje, no de una forma descriptiva, sino intentando captar la poética que subyace en sus diferentes luces, sus montañas, sus casas y los animales que viven allí. Me atrae la estética cubista y la abstracción, y las utilizo para materializar mi pasión por el color y las formas pictóricas.
Estudios de Bellas Artes. Ermua (Bilbao) 1989.
Estudio técnicas de retrato con la pintora Betsy Westendorpf (Madrid) 2003-2010.
Escuela Taller de Arte Abstracto Consuelo Chacón (Pozuelo de Alarcón) 2012-2013.
Seminario Experimental de Arte Contemporáneo. UNED (Cuenca) 2013.
Seminario de Paisaje Conceptual. Diputación de Granada (Granada) 2014.
Seminario de Paisaje Conceptual "A Través del Camino". Santiago de Compostela. 2015.
Mi obra fue evolucionando desde una figuración naturalista cromática hacia una estructura abstracta despojada de representación, dónde conviven formas sugeridas pero que son reconocidas por el espectador, dejo la anécdota para que hable el color. De este largo camino a día de hoy mi reflexión es que no pinto lo que veo sino la emoción que me produce eso que observo, no me convierto en un esclavo del modelo trato de recrearlo a través de mi sensación color porque entiendo que la obra debe pasar del modelo recordado a la pura construcción plástica a partir de ese recuerdo. Mi preocupación es mantenerme alejado de una excesiva representación que me pueda hacer caer en el tópico o la banalidad.
Maestro Nacional de Dibujo, Pintura, Grabado y Escultura por la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano de Buenos Aires, Argentina.
Profesor Nacional de Pintura por la Escuela Prilidiano Pueyrredón de Buenos Aires, Argentina.
1990
Pintor de estilo realista, con gran presencia de la luz en todos sus trabajos. Paisajes, bodegones, figura y retratos, tienen contenido en su obra. En la actualidad trabaja el paisaje urbano y la interrelación de los ciudadanos en el mismo.
En 2003 inicia su actividad pictórica de forma autodidacta, posteriormente se inscribe durante un curso en los talleres de pintura de la Fundación Arauco en Chinchón ( Madrid), asistiendo a las clases del pintor Guillermo Muñoz Vera.
En 2004 obtiene una beca de la Fundación Universidad Rey Juan Carlos, participando en un curso de pintura al aire libre.
La grandeza de lo pequeño.
Siempre me ha llamado la atención la capacidad para condensar todas las calidades humanas en pequeñas esculturas de hombres corrientes, con sus defectos y virtudes. Personajes aislados a pesar de las multitudes, que conectan con el mundo a través de su inacción, en escenas con cierta ironía y retranca. Esculturas de gente que aparentemente no hace nada, solo mira y piensa, que no es poco.
La grandeza de lo pequeño.
Siempre me ha llamado la atención la capacidad para condensar todas las calidades humanas en pequeñas esculturas de hombres corrientes, con sus defectos y virtudes. Personajes aislados a pesar de las multitudes, que conectan con el mundo a través de su inacción, en escenas con cierta ironía y retranca. Esculturas de gente que aparentemente no hace nada, solo mira y piensa, que no es poco.