Feria patrocinada por el Ayuntamiento de Madrid.
Montsequi Galería de Arte participa en la Feria deArte Contemporáneo JUSTMAD 2021 en el STAND V4
JUSTMAD 2021 celebra su edición del 8 al 11 de julio de 2021 en Palacio Neptuno, Calle de Cervantes, 42, Madrid, España, una cita ineludible con el arte contemporáneo que cada año cuenta con mayor presencia internacional y atrae un mayor número de visitantes.
A lo largo de su trayectoria, JUSTMAD 2021 ha sido escaparate de numerosas galerías y artistas de todas las disciplinas (pintura, escultura, obra gráfica, fotografía, videoarte, instalaciones artísticas…). La feria se define como una propuesta cercana al público y a la realidad del mundo del arte, consciente de los retos futuros y del impacto positivo de iniciativas como esta.
Horarios JUSTMAD 2021
Jueves 8 de julio
Tarjeta VIP: 12 h. – 15 h.
Invitación profesional: 15 h. – 21 h.
Viernes 9 de julio
Público general: 12 h. – 21 h.
Sábado 10 de julio
Público general: 12 h. – 21 h.
Domingo 11 de julio
Público general: 12 h. – 19 h.
UBICACIÓN
Palacio Neptuno, Calle de Cervantes, 42, Madrid
PROYECTO MONTSEQUI EN JUSTMAD 2021.
Dirección Montse Martín
Isabel Gutiérrez presenta una serie de piezas que nos traslada fuera de nuestras fronteras, lejos de esos paisajes montañosos, esas persistentes nubes e infinitas callejuelas en la provincia de León, que se convirtieron en el modelo casi fetiche de sus anteriores trabajos. En este caso, su asombrosa capacidad de observación se centra en un jardín del condado británico de Surrey, en la casa donde vive su hermana. Un jardín inglés a kilómetros de aquí, vivido en otro tiempo, que no solo es distinto a nuestros paisajes, también entraña una serie de valores culturales muy diferentes a los nuestros y que, sin embargo, de la mano de la artista logra transmitirnos extrema cercanía. La obra de Isabel tiene esa capacidad, esa magia que rompe con nuestra noción del tiempo y, en muchos casos, del propio espacio. Es una reunión del pasado (lo que fue), el presente (lo que vemos) y el futuro (la incertidumbre).
En sus piezas el tiempo permanece, se suspende, se atempera. La alegría del color y el movimiento acompañan al detalle botánico, la pincelada acaricia la superficie, desaparece y retorna en otro tono, en un nuevo matiz, modela el entorno y se pierde, para volver transformada en un nuevo sonido, olor o luz. La artista nos invita a participar de un ejercicio didáctico que no persigue otra cosa que darle sentido a la realidad. Las esquinas, los instantes, los sueños, los utensilios cotidianos, los paseos, los descansos, la compañía y el jardín; eso es la vida. Una serie en la que conviven dos mundos, el nuestro -si podemos llamarlo así- fácilmente reconocible, y el otro, el simple espacio formal, libre de reglas naturales, pura construcción pictórica. Dos mundos entre los que no hay fisuras ya que, a partir de ahora, no pueden existir el uno sin el otro, creando infinidad de posibilidades y de historias.
Crear historias, “ficcionar” o, mejor dicho, crear ficción, es una de las capacidades intrínsecas al ser humano, inclusive, podríamos decir que es uno de los mecanismos que nos permite estructurar nuestra existencia. Ficcionar es crear nuevas perspectivas, es jugar, es aprender y es aprehender sobre nuestra realidad. También abre otra puerta, la del reconocimiento, que no lleva a otro lugar más que al sentimiento catártico. Construir historias es construir verdades, y el arte es una forma más de expresarlas.
En tiempos de incertidumbre, la función del arte cobra aún más relevancia, convirtiéndose en un refugio. Ya sea colmado de Lujo, calma y voluptuosidad, como lo entendió Matisse, o como espacio trascendental en el que conectar y transmitir nuestra subjetividad, como lo sentía Rothko. El arte permite evadirnos y, sin embargo, a su vez nos cuestiona, transformando nuestra forma de entender el mundo y afrontar la realidad. El arte es sobre todas las cosas, un misterio.
Desvelar este misterio se convierte en una necesidad para el artista, y así se revela en el caso de Carlos Meijide, quien a lo largo de los años ha reflexionado sobre las capacidades estéticas propias de cada uno de los elementos que componen la pintura. Inspirado por grandes maestros de la historia del arte, entre ellos Matisse, se concentra en los efectos del color con independencia del aspecto natural, entendiéndolo como principio radical en la construcción de sus piezas. Su contacto con la pintura au plein air le enseñó otra forma de ver, entendiendo los colores como una emanación de la luz, los cuales se manifiestan a través de pasajes o contrastes, generando volúmenes mediante tonos fríos o cálidos y desvaneciendo los límites de las formas consecuencia del efecto atmosférico. La luz se incorpora al cuadro.
Esta forma de ver a través del color se acompaña de una disciplina estética innata en el artista, alumbrando composiciones en las que, si bien, como espectadores podemos encontrarnos con indicios de una representación del natural, casi como si de un juego deductivo se tratara, estas formas sugeridas son sólo el umbral que nos permite acceder a lo verdaderamente interesante: la propia construcción pictórica, haciendo visible el espacio por medio del color, sin caer en la banalidad de la figuración. Y es que, como bien comprendió Matisse, el objeto representado no es lo interesante, lo que moviliza al espíritu es el entorno que lo crea.
De esta manera, nos encontramos ante piezas de claro carácter contemplativo, incluso desde el propio proceso creativo, ya que el artista recoge impresiones de lugares que ha visitado. Las fotos, los bocetos y recuerdos son su material de base en el taller, volcando sobre el lienzo una amalgama de sensaciones y emociones. Con una pincelada sensual y vaporosa, enfatiza el plano bidimensional para transmitir efectos de color evocadores. Obras intensas, llenas de vida, que representan, serenamente, lo que siente, sin sofocar el espíritu.
Izaskun Monfort. Comisaria y Crítica de arte independiente.
Su actividad artística se desarrolla tanto en el campo visual como en fotografía de autor, científica o técnica.
Estos trabajos los solapan con otras artes como la pintura, la escultura y la cerámica.
Es autodidacta y sus trabajos ecléticos van desde la profundización en temas antropológicos y tribales, hasta muestras de la cultura que le rodea en diferentes perspectivas.
Realiza también trabajos para decoración y exposiciones y cursa estudios en escuelas oficiales.
Ha trabajado como comisario de artistas. La labor de Robertogato en los últimos años se centra en colaboraciones con escritores, artistas visuales y eruditos de la cultura japonesa. Así como fotografías visuales de artes y danzas derviches.
Este artista favorece la inmersión de los grupos occidentales en la cultura nipona, centrándolo principalmente en el teatro Noh, por medio de entidades y fundaciones de ambos países.
Cuenta con una exposición permanente en la Galería Aire desde 2019 y espacios como Art Marbella, la Feria Estampa y la Feria internacional Flecha, han acogido las obras de este artista madrileño.
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El artista crea, construye a través de su entorno, bebe de la realidad para cimentar una verdad. Unas veces más cercana a lo que nuestros ojos están acostumbrados a captar y otras veces desvirtuada, manipulada y redirigida, generando nuevos sentidos, pero en cualquiera de los casos siempre son verdades. Cristóbal Leiva, nos traslada a un mundo de ensueño donde sus pequeños avatares, se recrean rodeados de un mar de nubes, haciendo aparente las experiencias, deseos y sensaciones más humanas. Una realidad donde los volúmenes, pesos y atmósferas se transforman, dejando de seguir las normas naturales, trucos visuales que se refuerzan a través de los pigmentos y la selección de los materiales, generando un divertido trampantojo.
De la mano de la figuración y con una estética delicada y en sumo atractiva, el artista construye afables narraciones donde el juego sirve de eje axial para transmitir su interpretación del mundo que le rodea, ahondando en temas como el amor, el deseo, la magia, la incertidumbre y su forma de enfrentarse a las adversidades de una sociedad crítica, siempre desde una mirada positiva.
Izaskun Monfort. Comisaria y Crítica de arte independiente.
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