La participación de la Galería de Arte Montsequi en la edición de Estampa 2024 promete ser un escaparate de gran relevancia en el panorama contemporáneo, con una selección de artistas que, desde diferentes aproximaciones y sensibilidades, abordan el arte como un espacio de diálogo y reflexión profunda. La feria, que se celebrará en IFEMA Madrid, acoge una propuesta donde conviven la fuerza visual, la sutileza conceptual y la experimentación formal, elementos que caracterizan las obras de los artistas representados por la galería.
Belén Cobaleda García-Bernalt, una de las voces más destacadas, presenta una serie en la que lo urbano y lo paisajístico se fusionan para encontrar la belleza en lo cotidiano. Con una profunda comprensión de la luz y el color, su obra invita al espectador a reinterpretar lo anodino, transformando la dureza de la construcción en espacios cargados de vida y luminosidad. Por otro lado, Manuel Hernández y Miguel Platero, ambos arquitectos y pintores, exploran las relaciones entre forma, vacío y color. Mientras Hernández estructura sus lienzos con jerarquías que revelan una preocupación por el orden y el silencio, Platero reinventa géneros clásicos como el paisaje o el retrato, utilizando materiales desechados que le otorgan a su obra una carga simbólica y emocional.
El enfoque de Mariana Álvarez Enrique añade una perspectiva crítica y social, utilizando la fotografía y el collage para abordar realidades difíciles y, a menudo, ignoradas. Sus obras, cargadas de texturas y contrastes, son un recordatorio del poder transformador del arte. Junto a ella, Ovejero, con su refinada paleta y su imaginario onírico, nos ofrece una ventana a escenas urbanas que, lejos de ser realistas, apelan a una fantasía que enriquece la experiencia visual.
El conjunto de la propuesta de Montsequi se completa con las obras de Czili y Carlos Montoya. Czili, con su enfoque multidisciplinar, incorpora luz y meditación como elementos clave de su discurso artístico, fusionando culturas y conceptos en una obra llena de simbolismo. Montoya, por su parte, nos invita a reflexionar sobre la condición humana a través de su pasión por transformar la realidad, ofreciendo un viaje visual que trasciende lo cotidiano.
Esta selección en Estampa 2024 destaca por su diversidad y por el profundo diálogo que establece entre el espectador y las obras, en un recorrido que abarca desde lo personal hasta lo universal, desde lo íntimo hasta lo colectivo.
ZK - Art Curator
Salamanca 1980, es licenciada en Historia del Arte y Bellas Artes por la Universidad de Salamanca desde 2004. C.A.P. 2005. Ha realizado los cursos del Doctorado "Situación del arte en el momento actual", bienio 2004- 2006, en la misma Universidad. En el 2006-07 reside como becaria en la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores. Ha cumplimentado su formación con estudios en el Conservatorio Profesional de Música de Salamanca (1988-2001) y la Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy (1998-2001).“Master de Museografía y Gestión de Exposiciones” IART (Madrid).
Como un día cualquiera, en una calle sin nada en particular, decidimos doblar la esquina. El cambio de dirección nos recibe con un golpe de aire cargado de arena y olor a plástico quemado. Nuestros gesto se frunce. Un ruido ensordecedor precede nuestros pasos. Martillos neumáticos, pitidos de alarma, paladas rítmicas. Sí, otra zona en obras. Aceleramos el paso para huir cuanto antes del ruido y la suciedad, de un paisaje plagado de esqueletos de hormigón y hierro, del movimiento frenético que va hacia el futuro.
Esta situación, antes descrita, es una visión común y corriente, posible en cualquier solar abierto, sea urbano o no, en este país o en cualquier otro, una imagen totalmente admisible que forma parte del paisaje moderno. En este sentido, el paisaje, que viene a significar de forma literal “parte de un territorio que puede ser observada desde un determinado lugar”, es básicamente una construcción subjetiva, por tanto, depende en gran parte del observador. Un observador -cualquiera de nosotros- que lo recrea de forma activa y lo carga de contenido experiencial y valor estético.
Belén Cobaleda García-Bernalt, despliega su mirada, al igual que nosotros, sobre el yermo territorio, sin embargo, logra encontrar esos destellos de belleza que se ocultan en la naturaleza de todas las cosas, una característica del buen arte. Es así como ese paisaje esteril y ruidoso se va transformando poco a poco, llenándose de color y conocimiento, desafiando los motívos tradicionales del género paisajístico y logrando un seductor equilibrio entre la línea y el gesto.
Si bien, el paisaje urbano ha sido uno de los géneros que ha acompañado a Belén a lo largo de los años, esta introducción al motivo en construcción, a este estado circunstancial, no puede más que asombrarnos. La representación de edificios esqueléticos, obras sin terminar, sobre todo ruinas, ha sido muy común en la historia de la pintura, acentuándose durante los siglos XVIII y XIX con los artistas neoclásicos y románticos. Su predisposición a enaltecer los estilos arquitectónicos del pasado y la intención de plasmar ideas como la caducidad de la vida y el paso del tiempo, que todo lo devora, dejó tras de sí un legado cargado de profunda melancolía. Sin embargo, en esta serie, que se distribuye de manera impecable a lo largo de la sala, no encontramos ni una pincelada que nos lleve a ese estado de ineludible tristeza, más bien todo lo contrario, el color y la luz, como bien deja relucir el título de la muestra -“La luz como elemento constructivo”- se convierten en atractivos cimientos que disipan cualquier sensación negativa.
Es así como a ojos de esta artista, una escena anodina se transforma en pintoresca. Eso sí, entendiendo que lo pintoresco retoma su sentido más básico, haciendo referencia a todo aquello que nos rodea que guarda la cualidad de ser pintado debido a su singularidad. Y es que en manos de Belén, el fino dibujo y el despliegue del estudio espacial se reúnen con una estructurada utilización del color, en la que los atrevidos tonos de diferentes gamas monocromáticas construyen el espacio y el tiempo. Si bien, el color impera en cada composición es este uso tonal el que establece la profundidad, crea campos de luz, reflejos envolventes y sombras macizas, claro ejemplo de que, en el hacer de esta artista, existe un profundo conocimiento -que roza maravillosamente lo intuitivo- de las fórmulas del color, la luz, la perspectiva y la línea.
Asimismo, frente a esta rigurosa ejecución, Belén experimenta a lo largo de las diferentes composiciones con herramientas expresivas como las salpicaduras, las gruesas pinceladas, las delicadas aguadas y una caprichosa libertad gestual, imprimiendo un resultado estético claramente reconocible en todos sus trabajos, pero que en esta ocasión, convierte el solitario emplazamiento en un ente lleno de vida y movimiento contenido.
Este movimiento tácito, sugerido a través de los pliegues efectistas de las telas protectoras que cuelgan de los andamios -un montaje casi escenográfico- y de los perfiles de las grúas torre, impregna a la obra de un sentido original, transmitiendo la sensación de frenesí, de un proyecto en proceso, de una idea que se ampara en el futuro para darnos a entender que todo está por hacer, que existen nuevas posibilidades y que éstas están en nuestras manos. Piezas construidas por capas, por pisos, por tiempos de acción, por la sublime idea del porvenir.
Manuel Hernández
Arquitecto por la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid desde el año 1981, compagina su profesión con la pintura, de tal manera que, no existe una línea clara que defina cada una de las dos disciplinas.
Es a partir del año 2008, tras su experiencia arquitectónica, sus continuos viajes por Europa y Estados Unidos donde estudia la obra de Johannes Itten, Josef Albers y principalmente Mies van der Rohe, cuando deja la pintura intimista y se vuelca en la preocupación del vacío, el orden y la estructuración dando lugar a un desarrollo pictórico que marcará su futura obra.
Sus composiciones actuales se caracterizan por jerarquías de superficies donde el color se apropia del cuadro, creando tensiones y simetrías que ponen de manifiesto el vacío interior de la pintura.
Manuel refleja la condición humana sin la presencia palpable de la misma, hecho que nos remite directamente a sus influencias, desde las construcciones y pinturas prehistóricas, hasta el informalismo y expresionismo abstracto del pasado siglo, pasando por su devota admiración de la pintura China.
Buena parte de sus obras se localizan en colecciones particulares de España y Sudamérica. Encontramos publicaciones de su obra en Europa y América.
Miguel Platero
Miguel Platero (Madrid, 1973) es un arquitecto y pintor cuya obra es una continua exploración de las múltiples relaciones que se establecen entre forma y color. A través de soportes desechados (mesas, cartones, puertas, papeles) reescribe con una narrativa nuevos géneros históricos como el paisaje o el retrato. Muy influenciado por las vanguardias pictóricas clásicas y el Expresionismo abstracto, su obra se inscribe en la contemporaneidad con una propuesta de estructuras de color que discurre entre lo figurativo y la abstracción.
Tras licenciarse en (1999) en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, cursó estudios en la Facultad de Bellas Artes de la capital española. Desde entonces, desempeña ambos oficios. Como arquitecto ha trabajado en algunos de los espacios más prestigiosos de España. En 2007 abrió su propio despacho en la ciudad polaca de Varsovia, donde también tiene su taller artístico.
A lo largo de más de dos décadas de trabajo ha expuesto regularmente tanto en España como en el extranjero. En 2018, la galería madrileña MovART muestra una amplia selección de su pintura. Antes, durante 2017, la Dom Kultury Kolorowa de Varsovia recoge parte de su, entonces, obra más reciente y en 2016 lleva su obra a la galería Kotlownia (Polonia). Entornos geográficos tienen un gran peso en sus ojos. Artista viajero, recorre Polonia, España, Italia, Rumanía, Egipto, Serbia y Francia donde encuentra imágenes que vuelca en su obra. Entre las exposiciones colectivas, destaca su presencia en las ferias Art Marbella y Estampa (2019 Y 2023) en el Salón de Primavera de Pintura y Artes Gráficas de Varsovia (2016) o en la Galería 33, en la ciudad polaca de Ostrów Wielkopolski. Su pintura forma parte de colecciones públicas y privadas y ha sido seleccionada en varios certámenes nacionales (XII Salón de Primavera de Valdepeñas, IV Salón de Arte Abstracto o Certamen 'Noche' de Toledo) e internacionales (Alternativas 33, Polonia).
En esta Exposición presentaremos un proyecto que aborda las capacidades del arte para transmitir, cautivar y cuestionar, ahondando en diferentes valores y fórmulas estéticas propias de nuestra cultura visual. Mariana Álvarez, entiende el arte de esta manera, como una herramienta social activa que puede precipitar el cambio. El arte debe mostrarnos el mundo tal y como es, y el artista no debe huir de esas verdades que le rodean. Por lo tanto, sus piezas abordan duras escenas del día a día de personas que sobreviven a la escasez y la miseria. Escenas que quizás imaginamos lejanas y por lo tanto desdeñables, pero que en muchos casos están más cerca de lo que creemos.
Un intelectual es el que dice una cosa simple de un modo complicado. Un artista es el que dice una cosa complicada de un modo simple. C. Bukowski Es tarea del artista el mirar, el convertirse en testigo de un gesto, traductor de enigmas, divulgador de secretos y en un creativo seductor. Un corresponsal que transmite a través de volumen, color, sonido, letra o infinidad de técnicas y artes expresivas, todo lo que ocurre en su terreno físico y subjetivo. Astuto y contemplativo, va tras una verdad con el deseo de revelarla como ningún otro o de recrearla para hacerla más atractiva. El arte es verdad y conserva su carácter disruptivo y desestabilizador. Una verdad siempre es germen del cambio.
Mariana Álvarez Enrique, entiende el arte como una herramienta social activa que puede precipitar el cambio. Debe mostrarnos el mundo tal y como es, sin huir de esas verdades que le rodean. Con la fotografía como base, sus piezas se convierten en síntesis estética, conjugando muy bien los binomios realismo-abstracción, belleza-crudeza y deleite-compromiso. Capas de collage, fondos abstractos y juegos de texturas, con provocativas manchas, derrames y planos de color, todo encuadrado mediante la incorporación de ligeras placas de metacrilato.
El punto de vista desde donde observamos se convierte la mayoría de las veces en la circunstancia más importante a la hora de construir nuestra realidad. El cómo y el qué observamos es una de las herramientas más valiosas de las que dispone el artista para posicionarse ante su entorno y la sociedad.
OVEJERO
Nacido en San Miguel, provincia de Buenos Aires, aunque desde muy pequeño vivió en Mendoza. Inicia su formación artística en la Escuela Superior de Bellas Artes de la ciudad de Mendoza, Argentina, la antigua Academia Provincial de Bellas Artes de donde egresa como Profesor de Dibujo y Pintura. Es Aparejador y maquetista de arquitectura. Miembro del Grupo Pro-Arte y Cultura. Miembro del Grupo de Linda De Sousa. (España)
Andrés Cáceres, escritor y crítico de arte manifestó en una nota en la sección cultural del periódico Los Andes de Mendoza: “Si algo caracteriza a Ovejero es la elegancia, el buen gusto, cierta temperancia en el cromatismo y un ordenamiento de luces y poses nunca del todo realista, pero sin elementos gratuitos. La fantasía, lo irreal o lo onírico siempre están en función del contenido y por sobre toda otra consideración, están la plasticidad y el efecto visual del conjunto”.
Ovejero establece un equilibrio entre la expresión, la fuerte necesidad de expresarse y la posibilidad de plasmarla en forma accesible. No le interesa proponer incógnitas sino ofrecer un retazo de vida urbana, reconocible, aleccionadora y que sea, por sobre todo, otra consideración, arte genuino.
Czili
Artista multidisciplinar de origen taiwanés, que vive en España desde 1982, licenciada en Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid en la especialidad de Escultura. Además, también estudió Fotografía en Escuela EFTI de Madrid y Diseño y Patronaje de Moda en Kroom Moda. Estuvo trabajando en el sector de Artes Escénicas colaborando con Els Comediants durante 5 años y ha gestionado proyectos culturales internacionales entre Taiwán y España. Decidió convertirse en artista profesional en 2012 y, desde entonces, ha participado activamente en 130 exposiciones, ferias y proyectos nacionales e internacionales en Italia, Suiza, Francia, Bélgica, México, Brasil, Colombia, Taiwán y España.
Concepto estético. Su concepto estético se basa en el afán de aprender, conocer y crear, plasmado en su obra en forma de “Juegos”, y en la meditación. Estos “juegos” son una expresión de su pensamiento libre y su entrega consciente al mundo multicultural al que pertenece, un ritual propio en el que se mezcla el pensamiento de oriente y occidente. El cuerpo y el alma son parte de la conciencia cósmica, que se alcanza con la meditación y se manifiesta a través de la luz, tan cálida como el sentido existencial de la vida. La luz es, por tanto, un elemento tanto real como virtual, que no solo juega con la identidad física de lo contemplado, sino que también es algo intangible, que indica la conexión de la mente con el mundo interior. Solo a través de la meditación, el individuo puede sumergirse en sus pensamientos y percepciones y fluir en el vacío abierto de la conciencia cósmica.
Premios, Menciones y Selecciones. Medalla de Mención especial en la categoría Arte de instalación del premio Lorenzo el Magnífico del Bienal de Florencia (2023), Primer premio de Escultura de Prisma Internacional de Artistas Visuales de Chile (2022), Medalla de plata en la categoría Arte de instalación del premio Lorenzo el Magnífico del Bienal de Florencia (2021), Mención de Honor de Prisma Internacional de Artistas Visuales de Chile (2021), Mención de Honor del Certamen de Escultura de Caja Madrid (1994). Seleccionada también en otros premios de escultura en España: de Villa de Parla, de Puertollano, de Mariano Benlliure, de Jacinto Higueras, 75 Exposición de Artes Plásticas de Valdepeñas…
Carlos Montoya
Carlos Montoya Alonso (Madrid, 1964), arte y pasión son más que una simple dualidad; constituyen el motor de su existencia y su brújula creativa. Desde sus primeros años, Montoya ha demostrado una profunda inquietud por la realidad que lo rodea, una curiosidad innata que lo impulsa a explorar y transformar su entorno a través de su arte. En una reciente entrevista en su estudio para hoyesarte.com, él mismo confiesa: “Desde pequeño concebí esa curiosidad por la realidad que nos rodea que te hace percibir la necesidad de transformarla mediante el arte, para así poder crear nuevas formas de expresión que te hacen sentir más humano, más vivo, y que te sitúan y centran dentro del mundo en el que vivimos”.
A través de esta reflexión, Montoya no solo expone su relación íntima con la creación artística, sino también la trascendencia que ésta adquiere en su proceso vital. No se trata simplemente de la producción de obras, sino de una búsqueda constante por redefinir los límites de lo que significa ser humano. Su obra refleja este anhelo de transmutar la realidad en un lenguaje visual que trasciende lo cotidiano, invitándonos a mirar el mundo con nuevos ojos. Montoya nos propone, a través de sus pinceladas y formas, una conexión más profunda y sincera con lo que nos rodea, logrando que su arte no solo conmueva, sino que también transforme al espectador.