Inauguración : Sábado 15 de Diciembre a las 12:30 horas
Belén Cobaleda García-Bernalt nos traslada a dos puntos geográficos muy distantes. Occidente, representado por Madrid, ciudad que ha acogido a esta artista salamantina; y Oriente, introducido a través de diferentes paisajes japoneses que pudo contemplar durante sus viajes. "Dos mundos", como indica el título de la exposición, clara referencia a las diferencias que existen entre ambas culturas.
La experiencia del viaje ha sido el motor creativo de muchos artistas a lo largo de la historia, reflejándose de manera patente en su obra. En este caso, la producción de Belén no ha escapado a esta circunstancia. Podemos apreciarlo en el desarrollo de su paleta cromática, en el estudio delicado de la luz, en la concreción de los volúmenes y en la introducción de la figura humana como motivo central de la composición, o incluso, en imágenes pintorescas como el estanque koi. Una factura que puede recordar en muchos casos a las conocidas Ukiyo-e o estampas japonesas.
Nuevas características que se incorporan al estilo vibrante y experimental de la artista, centrado en las solitarias vistas urbanas, las composiciones recortadas de origen fotográfico y en una estética salpicada y llena de ruidos. Es evidente que la inspiración no sólo surge durante el viaje, el efecto del extrañamiento puede aparecer en nuestro día a día. El vagabundeo por la ciudad, como si de un flâneur se tratara, es el germen de las piezas que nos presentan una ciudad de Madrid diferente, con un componente onírico, casi surrealista, muy acentuado.
Las composiciones recortadas, los picados y contrapicados, son fruto del proceso creativo de la artista, que parte de instantáneas capturadas al paso. Esta operación, aporta un carácter sugestivo a su trabajo, invitándonos a penetrar en la imagen con la familiaridad y cercanía que despierta en nosotros el contacto con la fotografía. Y es que la fotografía siempre ha estado ligada a un nivel ontológico con la memoria, ya que ambas funcionan de la misma manera, nos traen al presente instantes del pasado. Mientras que la fotografía los materializa, la memoria lo hace de un modo mental, a través del recuerdo. De esta manera, podemos argüir que la acción de recordar se convierte en el principio que aglutina y da sentido a esta muestra.
La palabra recordar viene del latín "recordari", formado de re (de nuevo) y cordis (corazón), es decir, "volver a pasar por el corazón", expresión que constata la subjetividad del recuerdo. Al recordar no sólo traemos a la memoria experiencias vividas en el pasado, sino que mediante el recuerdo las actualizamos desde el presente, cargándolas de nuevos significados y reelaborándolas. Esta modificación con posterioridad, como muy bien supo discernir Freud, se debe a que no siempre somos los que fuimos. Las situaciones o acontecimientos vividos a lo largo de nuestra vida, nuestra maduración personal, inciden en la forma en que vemos nuestro pasado. El recuerdo se encuentra así en una esfera subjetiva entre la realidad y el sueño.
Por lo tanto, en esta exposición no nos encontramos ante una mera comparación antropológica entre dos culturas diferentes. Belén Cobaleda García-Bernalt nos invita a descubrir su visión del mundo con la intensidad deliciosa del recuerdo que se clava en nuestra memoria. Como bien señala la artista, las ciudades "no son solo nuestras cuando las andamos, sino también cuando las soñamos".
Un año más tenemos el placer de disfrutar de su obra en la Galería Montsequi y un año más podemos constatar, que al igual que todos nosotros, tanto la artista como su trabajo no son lo que fueron, una vitalidad arrolladora guía sus pasos y no deja de sorprendernos.
Izaskun Monfort Aurteneche
Comisaria y crítica independiente