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Parar, dejar la mente en blanco e inhalar, finalmente exhalar, abrir los ojos y volver a conectar con nuestra realidad. ¿Cuántas veces habremos repetido esta operación? El día a día es complicado. Tareas, responsabilidades, situaciones que nos desbordan, la presión nos hace colapsar en muchos casos y solo encontramos sosiego al coger aire. No es hasta ese momento en que somos conscientes de nosotros mismo, de nuestro propio ser. Y es que respirar es un acto inconsciente que nos acompaña desde que nacemos, por lo que la mayoría del tiempo lo asumimos y olvidamos su verdadera importancia.

Para José Luis G. Fincias el acto de crear es casi instintivo y sobre todo necesario. Su carácter inquieto y curioso hace que no pueda mantener ni la mente ni las manos quietas. Sus días son vertiginosos, en constante movimiento. Una lucha por no ahogarse en un mundo complejo que en muchas ocasiones va a contra corriente. Frente a esto, el artista coge aire, su aliento es el arte y su pasión le permite sacudir del alma todo ese polvo negativo de la cotidianidad.

Cogemos aire para poder hablar, al igual que el artista lo hace para comunicarse a través de la pintura, con un lenguaje vibrante que aprovecha todas las capacidades expresivas del color, jugando con los contrastes y las temperaturas, generando su propia teoría armónica con la que estructurar cada una de sus creaciones. Su impetuoso deseo por innovar le lleva a experimentar constantemente con las técnicas y los modelos de representación. De esta manera, en sus piezas combina el dripping, los aerosoles y una pincelada enérgica y gruesa, saturada de materia, que imprime gran dinamismo a sus composiciones. En esta nueva muestra podemos observar un cambio radical en la forma de concebir el espacio, los fondos tienden a la geometrización y se componen por planos de color que invaden los motivos representados. Quizás nos encontramos ante un nuevo camino hacia la abstracción. Todo esto da como resultado un estilo pop, divertido y fresco, totalmente personal y reconocible.

Inspiramos y expiramos profundamente al suspirar. Indicio involuntario de que en nuestra mente despierta afloran deseos, recuerdos o sueños. Todo eso que nos hace humanos, motivo fundamental de la obra de este artista. Así, Fincias primero indaga en su interior, reflexionando sobre sí mismo para luego volcarlo en su trabajo. Las inquietudes e inseguridades, el amor, la complicidad, el deseo y la felicidad, todo está en su obra. Rostros cercanos que buscan conectar con nuestra mirada; rostros reflexivos, que cierran sus ojos mirando hacia su interior. Desnudos sensuales que despiertan el deseo; desnudos introvertidos que nos inquietan. El hombre, la mujer, nosotros, ellos. Detalles de la vida. Esta idea se intensifica al presentar una serie de objetos cotidianos descontextualizados pero que aportan un componente retórico muy interesante.

En palabras del artista, esta exposición es un homenaje a su trabajo diario, su visión positiva de la vida y su enorme amor por su trabajo: el arte.